miércoles, 3 de febrero de 2010

Nota al Carito

El periódico Correo del Sur publicó en su suplemento Gente Flash el pasado sábado la siguiente nota sobre uno de los miembros de nuestro Movimiento de Cantautores. Les dejamos con la misma.

Rompiendo el Cascarón
Oscar Orlando Padilla Apaza es un poeta y cantautor chuquisaqueño, nacido el 13 de septiembre de 1984, forma parte del Colectivo de Cantautores Chuquisaqueños “Cantautarte” y es miembro del Consejo Editorial de “La Quimera” (Editorial independiente).
“Carito” –como es conocido en el medio– es de aquellas personas que despertaron su interés e inclinación por el arte desde muy pequeño y ha sido consciente de su avance progresivo en las distintas áreas del arte. Esto lo acercó, durante su adolescencia, a grupos juveniles de rock y folklore como “Nueva Espiga”, “Desiderata” y “Capitalitshit” entre otros. Su trabajo dentro del campo de la literatura se puede ver reflejado en los resultados obtenidos en el concurso de poesía en la “II Semana De Los Derechos De La Niñez Y Adolescencia” y en la antología de cuentos publicada en el 2000 por la Fundación Cultural “La Plata”. Participó además, en la grabación de dos discos compartidos con otros músicos de la ciudad: “De Octubre a Espinal, un Canto Social” y “Canciones para la Tierra”. El año pasado, consiguió publicar su primera recopilación de poemas bajo el nombre de “LUNARIO”; este año busca prioritariamente conseguir la grabación de su primer disco hasta mediados de año.
Consciente de la importancia de aprovechar los medios audiovisuales, cree necesaria la grabación de un video clip, pero prefiere no pensar en eso hasta tener en las manos el disco que tanto le importa sacar, dice. La idea de sacar un disco, es para él como un primer paso tangible para incursionar a nivel profesional en la música; “es como subir un peldaño”. Afirma y comenta que es justamente esa la idea central del trabajo dentro de este concepto de “inicio”, fruto de dos años y medio de gestación, pero siempre se enfrenta a la indiferencia de autoridades y responsables de difusión y promoción del arte en la ciudad.
El disco que será fruto de este “empollar” continuado, hace que el mismo autor se refiera a él, como el “pichón”, en el que piensa incluir canciones que buscan – según comenta – darle un realce a la riqueza conseguida a través de este “post-mestizaje” que se ha ido creando en esta relación campo-ciudad, claro que visto desde el ángulo de lo urbano. Sus canciones no son desconocidas en el medio y han traspasado nuestras fronteras departamentales, convirtiéndolo en uno de tantos representantes del arte.
Según lo vertido por este cantautor, hace falta presupuesto, medios y modos para conseguir los recursos necesarios para realizar este material. Las instituciones de la ciudad –dice Oscar– deberían darse cuenta que, cuando un artista va a dar conciertos a otras ciudades, lo primero que dice al presentarse, es justamente el nombre de la ciudad de la que proviene. La conversación sostenida nos vuelve a reflejar la carencia de apoyo que reciben los actores culturales de nuestra ciudad y nos deja pensando también en el rol que deben cumplir no sólo las instituciones, sino el público sucrense, ya que a veces pareciera haber perdido la confianza en sus propios artistas. El “pichón”, que espera cumplir pronto su etapa embrionaria para alzar vuelo, merece tomarse en cuenta como un proyecto importante que engrosará la -hasta ahora- desnutrida producción local en este estilo particular de hacer música.
Esperemos que pronto, nuestra Ciudad Blanca le otorgue un sitio a este tipo de propuestas independientes que de buena forma expandirán su abanico artístico.